la vida no
es vida.
la muerte no llega hasta que llega.
(aunque) hayas cerrado los ojos.
para no verla.
(aunque) hayas cerrado la puerta con llave.
para no dejarla entrar.
pero ya está.
aquí.
sentada en el sofá de cuero.
rojo. o en la cama
más blanca del hospital.
o en Ohio. o en Canadá. da igual.
donde estés. da igual.
si tenías planes para esta
noche. o un billete de tren.
para mañana. porque pasa
que te dejas las lentejas y
se te queman. porque te vas.
a tirarte por un puente.
porque ella es.
siempre.
la que te elige.
a ti. (aunque) la hayas elegido tú.
primero. (aunque) te mueras.
por morir.
ya está.
ya no hay.
más.
ni adioses. ni despedidas. sólo
lágrimas. y yo.
sin morir.
La literatura es como el demonio: si aceptas creer en ella te poseerá de placer y acabará convirtiéndote en un suspiro.
ResponderEliminarPero el demonio no existe.
Acuérdate.
Y tú sí.
(El fénix no renace para renovar llantos, sino para renovar vida. La vida.)
este poema me gustó particularmente...
ResponderEliminarun abrazo